domingo, 6 de julio de 2008

Ser

Piensas que eres quien crees que eres, lo sé. Es racional.. Más bien obvio que creas eso. Pero no es así. No te asustes, no te conozco. Nunca te he visto. Tampoco sé donde vives y qué haces en éstos momentos. No revises las ventanas; no estoy en ningún lado.

Ya sé: ¿Quién soy yo para hablar de ti? La verdad es que ningún título podría investirme con tal autoridad. Las instituciones presentan muy poco peso para tales fines. No, la verdad es que soy alguien tal y como tú. Soy alguien. Soy algo. Soy una presencia humana más en la tierra. Tal vez nos hemos visto. Tal vez creas que era yo el que compraba el diario ayer, cerca del paradero. O que era yo el que revisaba constantemente el reloj. La verdad, es que no hay diferencia. Podría ser cualquiera. Podría ser todos. Podría ser nadie. O mejor aún, podría ser nada.

¿Pruebas? No es necesario. Tal vez no nos veamos. O tal vez cruzemos miradas mientras pagas el peaje del autobus. Talvez me mires de forma despectiva cuando golpée tu ventana para pedirte por un par de pesos para alguna causa de beneficencia que jamás te interesará. O talvez sientas que quieres pertenecer. Que quieres ser algo más que aquél inútil oficinista que gira una perilla para callar al mundo.

Pero yo te he visto. Si, así es. Te he visto realizando las variadas actividades que haces durante el día. Te he visto pagando las cuentas de tu hogar. Te he visto resignado ante la sentencia médica. Te he visto impotente ante la conclusión policial. Si, te he visto. Sin embargo, no me da el poder de juzgarte, ¿O si? Dejemos ésa pregunta como una retórica para darte algo en qué pensar. Pero, no soy omnipresente, tampoco soy una deidad. Ya te he aclarado mi humana condición. Sabes que estoy tan limitado como tú. Pero tus limitaciones van más allá de unas simples reglas de la física, postuladas por un infeliz que, seguramente por el hambre, se fué a dormir bajo un manzano. Tu estás discapacitado.

¿Cómo, dices? Ya te he dicho que te he visto. No, no digo que tu falta de habilidad al calcular sea una discapacidad. Eso es un rasgo humano, y deberías estar feliz de tenerlo.
Me refiero a otra cosa, algo más particular, y a la vez muy general. Es algo que es tan cierto para ti, como que la historia es imposible de cambiar. Son varias cosas, de hecho. Pero te fueron inculcadas, o impuestas (abogo por lo segundo) a tan temprana edad, que fuiste privado, cercenado de tu humano derecho a cuestionarlo todo. Así es, a eso me refiero.

¿Cuantas veces fuiste catigado, golpeado, y avergonzado por el simple hecho de exigir razones? Incontables veces talvez. Algunos tienen la "suerte" de contar con progenitores más desinteresados. Idiotas que no saben qué se metieron, y menos cómo responder a las dudas de su creación.
Pero no es la realidad de muchos. Es la desgracia de pocos. Yo te ví en tu infancia, y sé que no vivenciaste ése destino. Vi muchas acciones tuyas que fueron meriotrias de una reprimenda.. ¿O realmente fué así?

Te vi cuando te quemaste la mano al ponerla sobre el horno. Si, tu madre te lo digo incontables veces.. "No pongas la mano ahí". Pero lo hiciste de todos modos. Y a pesar del dolor y el sufrimiento que implicó aquél aprendizaje autodidacta, fue necesario, según aquellos guardianes, el implantar medidas más drásticas para el aprendizaje de aquél peligro. Castigos, privaciónes, etc. Estoy seguro que en éso te manejas bien.

Tambien te ví cuando tomaste uno de los cigarrillos de tu tío. Es difícil seleccionar la falta en aquella instancia. ¿Fué porque tu madre y tu padre te dijeron que tales cosas no son para chiquillos de tu edad?¿O fué porque lo escondiste en tu closet? Sin embargo, tomaste uno . Y sigues sano y salvo. Aprendiste un poco de las facetas "oscuras" de la humanidad a temprana edad. ¿Es realmente así? Tus padres no podrían haber llamado "Naturaleza humana" a tu curiosidad, porque aún en tu neonato raciocinio, hubieras entendido que, bajo aquél concepto, tus acciones podrían haberse refugiado bajo la excusa del aprendizaje.

¿Entiendes ahora? Aquella incapacidad de la que te hablaba hace un momento, no se refiere en lo absoluto al ámbito físico o psicológico. Se refiere a algo mucho peor que eso. Se refiere a algo inaceptable para la naturaleza humana. Es algo simplemente inherente, y que nosotros mismos incurrimos en modificar. Claro, podríamos mencionar el concepto de "sociedad", de "modernismo", de "modales" y muchos otros. Pero sólo son una forma de esconder las verdaderas razones de aquella incapacitación autoinflingida.

Tu y yo hemos visto a mucha gente. Hemos visto, entre otros, a esa pareja, la primera de la humanidad. Ellos mismos vivieron incapacitados. Y fueron castigados por responder a una pregunta sumamente racional. No solo éso, sino que fueron castigados por un ser que los ama, pero tuvo que "corregirlos" por haber quebrantado su ley.

Yo he visto a aquél "omnipotente" ser, y puedo decirte que los miedos implantados desde los comienzos de la historia están sumamente infundamentados. Lo he visto, y a la vez no he podido reconocerlo. ¿Porqué? Podría estar viendo a un hombre desamparado, sin más ánimo en la vida que comer los restos que dejaste en el restaurante, y a la vez podría estar viendote a ti, y la diferencia sería nula. Podría estar viendolo a "él", y podría estar viendo a un perro mientras despedaza una pelota, sin diferencia alguna. No se trata simplemente de poderes, de mística o de creencia. Se trata simplemente de quién eres, o de qué eres.

Aquél día que compraste esa televisión, sentiste que nada más te faltaría jamás. Sin embargo, reconocí tu cara el día que compraste aquél sistema de sonido. Eres patético.
No eres aquella televisión que tienes, ni tampoco aquél sistema de sonido, de parlantes con "subwoofer" integrado. Tampoco eres tu teñida Calvin Klein de la temporada pasada. No eres el Chevrolet Aveo que compraste en 12 cuotas el año pasado. Ni mucho menos eres la casa con patio y piscina que heredaste de tus bisabuelos millonarios. Eres simplemente lo que no eres. Eres lo que aspiras ser, y lo que jamás serás.

Jamás tendrás un auto mejor que tu vecino, ni una esposa más bonita que la de tu jefe. Siempre has sido, y siempre serás la escoria intermedia entre las clases socioeconómicas. Eres simplemente un escalón en la evolución destructiva del humano "moderno y racional".
Y siempre lo serás. Sólo preguntate: ¿Porqué voy a trabajar todos los días?
Talvez intentes responder con argumentos humildes, como el deseo de alimentar a tu familia, o el de cumplir los sueños de tus padres, o peor aún, respondiendo al simple e inherente instinto de sobrevivencia.

Tu y yo sabemos que no es así. Te levantas temprano todos los días, para evitar el tráfico claro. Te duchas en menos de 2 minutos, ya que el gas está caro, y no quieres gastas más de lo necesario. Comes poco, ya que sabes que alguien verá tu falsificada cara de hambre en la oficina, y te dará algo de comer. Sonries al jefe cuando pasa, aún cuando sabes que jamás te dará el puesto que quieres, y que, peor aún, se lo dará al idiota que siempre llega tarde, y que se va temprano. Pero sabes que es inevitable. Por más miserable que sea el trato que la vida te da, sabes que el hijo de los magnates tienen la vida acomodada.

Te veo ahora, pensando, o tratando de pensar, en quién eres realmente. No te canses, no llegarás a aquella conclusión. Y tampoco lo hará "él". Tampoco lo hará el sabelotodo que escribió los tomos de lógica psicoanalítica. Son sólo fachadas. Y somos tan ignorantes por aquella invalidez impuesta, que data más allá de los orígenes del tiempo. Sólo nos queda guardar silencio, y citar las palabras de aquellas personas que, supuestamente, saben más que nosotros. Talvez algún día, mientras te veas al espejo en busca de signos, pienses en algúna excusa para tu existencia, o para la mía. Y ése día sabrás realmente qué significa toda la retórica que he intentado crear aquí.

sábado, 5 de julio de 2008

Igualdad

"No entiendo. Yo soy verde, y tu eres rojo.. Estás mal. Es decir, nunca he visto algo como tú. Todos mis cercanos son como yo. Algunos tienen arrugas, otros tienen marcas, pero nadie tiene un color, o una forma tan siquiera parecida a la tuya. ¿Estás enfermo?¿Necesitas ayuda? Digo, mirate. Eres raro.. Eres.. Diferente.. Esto seguramente ha de ser un castigo por haber realizado alguna acometida contra el creador. Si, eso ha de ser. Has sido blasfemo y hereje, resultando en aquella mutación. Merecido lo tienes. Has de saber que ninguno de nosotros comete falta alguna. Nadie se pasa de la raya. Tu has de haberlo hecho, y un buen número de veces. O incluso, puede ser que hayas sido como yo, pero que hayas realizado un acto indebido o inaceptable, por lo cual te han castigado con tan horrenda apariencia. Si, algo así debe haber sido.. Digo, no veo otra explicación. No eres.. Digamos.. Natural.. Eres un.. Ser.. Ente.. Mutante.. La verdad no sé cómo referirme a tu inexplicable apariencia. Eres simplemente raro.. Podrías ser incluso un extra.. ¡Eso ha de ser!¡Eres un extraterrestre! ¡Ya sabía yo que encontraría la razón de tu malformación!¡Espera a que los demás lo sepan! Pero, tranquilo. No es que te vayan a tratar de forma distinta.. Te tratarán acorde a cómo eres.. Digamos, "especial", ya sabes.. Tienes algo que nosotros, los normales, no tenemos.. Me pregunto si serás distinto por dentro, y cuán distinto seas. Supongo que lo sabremos dentro de poco. Cualquiera sea el caso, dudo que podamos curarte de aquella enfermedad. Pero aún si esa posibilidad existiera, creo que yo y el resto no trataríamos de aplicarte aquella cura, ya que esa malformación, sea cual sea su orígen, puedo estar seguro de que es consecuencia de un castigo, y sería en contra de nuestra doctrina el contradecir el mandamiento de un ser superior. Sea como sea, esperamos que seas el único que lleve esta horripilante malformación, o enfermedad, ya que no queremos que infectes a nuestra sociedad. Somos perfectos, ya que Él nos designó así. Somos únicos, y por ello, es nuestro deber purgar éstos lares de seres malformados y desagradables a la vista como tú. Créeme, nos aseguraremos de que así sea."



Cuando la gente se esmere en remover tanta feca de sus cráneos, podremos vislumbrar un mundo donde el calentamiento global no sea el único holocausto de la humanidad.