miércoles, 20 de mayo de 2009

Mareo

Talvez sea la costumbre, o simplemente el gusto de hacerlo.. Pero la verdad es que ya no puedo evitarlo.. Me volví adicto a esto.

Sigo mirando al mi alrededor, y aún soy incapaz de reconocer lo que sentía hace tiempo. No es lo mismo, no es ni siquiera parecido. Dicen que es lo mismo, pero es diferente.. ¿Cómo puede ser esto?

Talvez me cueste ver más de día que de noche, pero siento que esta vez estoy en el hemisferio correcto. Es decir, creo sentirlo.

Quiero creer que es simplemente una cosa de altura, o que lo real es más insípido que el sucedáneo venéreo.. ¿Pero acaso eso no lo hace mejor?

No hay excusas, ni razones fundadas.. Tampoco es inexistente el sentimiento, pero es posible que ya no sea de mi interés, o deseo. Dicho esto, soy un hipócrita utilitarista. Simplemente, soy un desgraciado.

La ironía cae en el hecho de que es ésto lo que más experiencia y vigencia posee en nuestra historia, pero que a la misma vez, nadie puede explicar. Todo se reduce a entendar la historia que está dentro de ti.

Al final, no hay reacción que ayude a expresar esto. Talvez sea ahí donde radique mi mayor miedo. Ni la negación ni la aceptación provoca ansiedad, ni siquiera la distancia.

Talvez el último fluente destruyó todo a su paso. De ser así, sólo queda el recuerdo, y la mecánica repetición, que al final, nunca ejecuté.

La cercanía me hace olvidar, pero la meditación destruye aquél privilegio.

El desenlace puede ser provocar algo que prometí evitar.. Nuevamente.